27/10/10

Tina Suárez Rojas, fascinante poesía




La malandanza

Efectos pasionales al paso de un cometa

«te hablo en la triste vanidad del verso»

P. Barba-Jacob

I

porque hay un tequiero a expensas
de mi boca
mordiéndose la lengua
sin más alternativa
que la abandonada
ausencia de tu gesto
me llevo al sexo las manos
insomnes
y terribles
y vacías
mientras se corre
la voz de mis pasiones
afuera quedamente
en el aire humedecido
y el ángel que me guarda
se escurre atormentado
las alitas
como clara de huevo

II

me sabes a cadáver exquisito
cuando chupo tus raíces
en verso a eso
de la hora punta
del fuego y las palabras

tengo todo ese olor
de piel entonces
a mis anchas
sin comillas ni paréntesis
sólo en presente
los verbos que te habitan
y cuatro pecados
declinando
tu nombre

lejos de aspiraciones líricas
yo te transito en la escritura
alegre de olvidar latines
ansiosa de un asalto
en el camino de tu cuerpo
encrucijado el único camino
tu cuerpo
que no conduce a roma

III

hermoso de puro negro
negro
como las barbas de mansa lujuria
que envuelven el cielo
como la sangre irredimible sí
irredimible caliente
de la hojilla oxidada
injerta entre las venas
desde mi rara infancia
el deseo amor
tómatelo con calma
es ese perro viejo
que no te deja dormir
que ladra en la noche
y sale a tu encuentro
justo
cuando te escribo

IV

que me quieras
qué sé yo
bajito bajito sin primaveras
en almíbar ni cantos
ni cigarras
a años-luz de la nostalgia
que luego pudiera reclamar
recuerdos
sin presentir fieles futuros
sin lecciones aprendidas
desnuda de señales vanas
la imperecedera tristeza

que me tengas cerca
hasta el remordimiento

que me ames
de golpe y porrazo en sentido
figurado
aunque no caigan las brevas
como quien no quiere
mi cosa
porque te dan las ganas que me ames
a primera luz del día y
a las tantas de la noche
con el pan y las nueces
entremedio de la colcha
debajito de la almohada
mirándome a los ojos para volver
en piedra tus recelos

quédate conmigo a secas
que no involucraré mi soledad
sencilla déjate hundir
en el barro y la sal
de esta herida fatua empeñada en dolerse

se hace tarde cariño
has de quemar ipso facto
al calor de pompeya la carne cruda
de mi naturaleza corazón
se hace tarde
ya te digo
y esto no debe parecer por dios
un bochornoso poema en celo

*

o Tina Suárez Rojas






La transilvana

*

yo fui la transilvana,

*

la devota de su yugular
y mi boca se adhirió a su arteria
noche tras noche en salvaje fruición.

Lo demás

*

es la historia de una nota muy breve:
sigo amando a mi esposa
perdóname encanto
adiós hasta siempre.

Y la estaca hundida en el pecho
y el hedor a murciélago muerto.

* Tina Suárez Rojas