20/11/09

Eeva Kilpi, sin censuras


Meltem Aktas

• Se trata de Eeva Kilpi, nacida en Karelia en el año 1927.


Nikolai Galakhov, Primavera en Karelia
• Durante una carrera que abarca cuarenta años, Eeva Kilpi se ha centrado en las emociones , los sentimientos femeninos y las historias cotidianas de las familias de su país.


Nikolai Galakhov, Karelia
• La escritora vivió su infancia en Karelia y como otros tantos miles de compatriotas huyó a Finlandia cuando la Unión Soviética se apoderó de la zona al final de la Segunda Guerra Mundial.


Eeva Kilpi
• El cambio de vida de Karelia a Finlandia, que suponía olvidar sus adorados paisajes campestres para vivir en la ciudad fue traumático para ella, dejando cumplida cuenta de este sufrimiento en sus primeros trabajos, en los que recuerda su infancia desde una feliz idealización vislumbrando los paisajes teñidos de colores y sentimientos, dirigiéndose sin remedio y en lo que ella vive como un sinsentido hacia la alienación, la soledad y la despersonalización de la vida urbana.


Nikolai Galakhov,

Karelia in winter

Eeva Kilpi
• Posteriormente centró su atención cada vez más en los problemas experimentados por las mujeres que luchan por adquirir una independencia en un mundo dominado por los hombres y el dinero al que sólo ellos tienen acceso.


Nikolai Galakhov, Karelia
• Esta lucha dista bastante de un feminismo teórico o fanático, sino que se basa en una reivindicación dirigida a que la mujer pueda adquirir una independencia que los abusos ejercidos por los hombres impiden en la sociedad en la que vive.



Hugo Simberg
• Una excepción interesante en su carrera es la novela erótica experimental Tamara (1972, 1978), un retrato de la relación entre una mujer sexualmente activa y un hombre con discapacidad.
• En los años 70 Kilpi dio un giro a su forma literaria, comenzando a interesarse más por la poesía en detrimento de la narración que la había absorbido hasta entonces.
• En su poesía abundan los temas sobre la vida cotidiana de las mujeres, sus sentimientos más íntimos, sin buscar otros temas grandilocuentes.
• Sus obras poéticas han tenido una amplia repercusión en Finlandia y en Suecia.


Hugo Simberg
• Entre 1989 y 1993 y volviendo a la narrativa, Kilpi publicó una aclamada trilogía de novelas autobiográficas que pretendían retratar el paso de la niñez a la juventud en una atmósfera que recuerda sus más viva sensibilidad íntima sumida en un mundo bélico y amenazador.


István Sándorfi
• Las obras recientes de la autora, incluyen la recopilación poética Kiitos elisestä ( Gracias por ayer de 1996) y la actualísima novela Unta vano, cuyos temas principales son el amor, el envejecimiento, la vejez y la muerte.
• He aquí una muestra de su poesía. Sin censuras.


Zdzislaw Belsinski
Eeva Kilpi

o Dime si molesto,

o dijo él al entrar,

o porque me marcho inmediatamente.


o No sólo molestas,

o contesté,

o pones patas arriba toda mi existencia.

o Bienvenido.


István Sándorfi

o Cuando uno ya no tiene fuerzas para escribir, tiene que recordar.

o Cuando uno ya no tiene fuerzas para fotografiar,

o tiene que ver con los ojos del alma.

o Cuando uno ya no tiene fuerzas para leer,

o tiene que estar lleno de narraciones.

o Cuando uno ya no tiene fuerzas para hablar,

o tiene que resonar.

o Cuando uno ya no tiene fuerzas para andar, tiene que volar.

o Y cuando llegue la hora,

o uno tiene que desprenderse de los recuerdos,

o de los ojos del alma, dejar de soñar,

o callarse y plegar las alas.


o Pero pase lo que pase, sigue la narración, sigue.



István Sándorfi
• ¿Te dejarías follar por quince euros?
• me dijo

• en la parada del autobús a las 0.42
• rodeados de calles vacías y congeladas.

• Primero negué con la cabeza, pero luego le dije:

• Por dinero no, pero si pasas la aspiradora y friegas los platos...

• Entonces él, a su vez, se negó
• y se dio la vuelta abatido para seguir su camino.



Mary Qian

• Bueno, si de verdad
• quieres una confesión,
• Ahí va:
• He tenido treinta y seis amantes
• son demasiados
• Tienes razón,
• contesté,
• Hubiese bastado con treinta y cinco.
• Pero, cariño, el treinta y seis eres tú.
• Bienvenido.



István Sándorfi