15/12/09

Catherine Abel, la belleza real que uno quisiera componer cada noche



* Queridísimos amigos, seguimos con mujeres artistas, en esta ocasión, una pintora con unos trabajos muy llamativos, sensuales y plenos de color.
* Con un aire exquisitamente cubista nos recrea la vista y nos seduce irremediablemente.
* La artista australiana, Catherine Abel, crea sorprendentes pinturas al óleo. Abel comenzó su carrera profesional en el año 2000, cuando se mudó a vivir a París.
* Su viaje desde allí a Italia la transformaría para siempre, después de conocer a los maestros del Renacimiento.


* Empieza a ser para Catherine una obsesión la necesidad de captar la belleza y la gracia en la figura femenina, tal y como había conocido desde el quattrocento italiano.
* A partir de este deseo de expresión, se reflejan en ella las influencias de los contemporáneos mezclados con los clásicos: Picasso, Braque, Dalí, incluso obras coetáneas de André Lhote y Tamara de Lempicka.
* Ambas influencias desde la mano personalísima y plena de fuerza y belleza crean unas sorprendentes figuras sensuales y deliciosamente hermosas.


Después de ser aclamada durante sus exposiciones en París y San Francisco, Catherine ha retornado a sus orígenes australianos, estableciéndose en Sydney sin dejar de exhibir sus obras de arte, siendo una pintora de éxito a nivel internacional.













BANQUETE)

* Si atravieso la última espiral,
* complétame la fuga con un beso
* por debajo del lóbulo; con eso
* vendería mis bienes por el mal.

* qué sencillo este juego: la moral
* se muere entre tus piernas por exceso,
* entrego la conciencia y luego ingreso
* en tu nerviosa boca de panal.

* Inventar un idioma que se calle.
* Malhablarnos.

* Hacer de ti a mordiscos
* mi mejor apetito hasta que estalle
* la tacaña razón de los ariscos,

* la obsesión por cuidar cada detalle,
* el miedo a que el placer nos deje bizcos.

* Andrés Neuman (El tobogán)






































* Te amo así, sentada,
* con los senos cortados y clavados en el filo,

* como una transparencia
* del espaldar de la butaca rosa,

* con media cara en ángulo,
* el cabello entubado de colores,

* la camisa caída
* bajo el atornillado botón saliente del ombligo,
* y las piernas,

* las piernas confundidas con las patas
* que sostienen tu cuerpo
* en apariencia dislocado,

* adherido al journal que espera la lectura.
* Divinamente ancha, precisa, aunque dispersa,

* la belleza real

* que uno quisiera componer cada noche.

* Rafael Alberti: mujer con camisa