31/3/11

Por vos nací, por vos tengo la vida, por vos he de morir y por vos muero






• Durante la cena le leyó al obispo con un ánimo nuevo.
• Lo acompañó en las oraciones de la noche, como siempre, y mantuvo los ojos cerrados para pensar mejor en Sierva María mientras rezaba.
• Se retiró a la biblioteca más temprano que de costumbre, pensando en ella, y cuanto más pensaba más le crecían las ansias de pensar.
• Repitió en voz alta los sonetos de amor de Garcilaso, asustado por la sospecha de que en cada verso había una premonición cifrada que tenía algo que ver con su vida.



• No logró dormir.
• Al alba se dobló sobre el escritorio con la frente apoyada en el libro que no leyó.
• Desde el fondo del sueño oyó los tres nocturnos de los maitines del nuevo día en el santuario vecino. «Dios te salve María de Todos los Ángeles»,
• dijo dormido.



• Su propia voz lo despertó de pronto, y vio a Sierva María con la bata de reclusa y la cabellera a fuego vivo sobre los hombros, que tiró el clavel viejo y puso un ramo de gardenias recién nacidas en el florero del mesón.




• Delaura, con Garcilaso, le dijo de voz ardiente: «Por vos nací, por vos tengo la vida, por vos he de morir y por vos muero».
• Sierva María sonrió sin mirarlo.
• Él cerró los ojos para estar seguro de que no era un engaño de las sombras.
• La visión se había desvanecido cuando los abrió, pero la biblioteca estaba saturada por el rastro de sus gardenias.
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• Del amor y otros demonios: Gabriel García Márquez













• Todas las pinturas son de la artista Lucía Coghetto.