6/4/11

Qué solos, qué solos nos dejas, Zúñiga, ay, poeta.


Retrato: José Luis Zúñiga por Luisa Navarrete
EXTRACTO DE LA OBRA:
carpe diem
Precisamente ahora
estoy trazando el rumbo de mi vida.
Ahora, cuando me estalla en la cabeza
toda la petulancia de saberme
vivido siempre atado y bien atado.
Sentado aquí, el gesto adormecido
frente a la taza blanca en que aún humea
esa infusión que tomo cada tarde,
trazo rumbos y escalas.
¡Ay, vana pretensión del astrolabio!
Precisamente ahora
pienso romper los mapas de mi vida.
• José Luis Zúñiga



Ron Monsma
tuya es la luz
.
• ¡Qué insensatez acumular recuerdos
• cuando es viva la luz!
• Ante tu pecho erguido no hay ocaso,
• amanece sin pausa un nuevo día,
• presencia inacabable,
• inagotable fuente de horas vivas,
• regazo sugerido de futuros descansos.
• Tuya es la luz, no hay nadie
• que pueda arrebatarme la antigua claridad,
• ningún recuerdo, ninguna hermosa historia
• frente al irrefutable resplandor que hoy emanas,
• precisamente hoy, hoy sobre todo,
• mansa luz que se filtra
• por cada poro de tu cuerpo adulto,
• poderoso, a golpes de oleaje
• cincelado. No cabe recordar,
• sólo morir amando sorbo a sorbo.
• José Luis Zúñiga



Machteld Hengeveld
amor mudo
.
• Nunca hablaban de amor, sólo frotaban
• sus dedos, uno a uno, austeramente,
• casi todos los días,
• y luego se dormían abrazados, amantes.
• Nunca hablaban de amor, se les perdió la voz con tanta guerra.
• Cuando llegó el machete
• les cercenó los dedos y el deseo.
• Lo único que tenían.
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• José Luis Zúñiga